miércoles, 31 de diciembre de 2014

Los especuladores del petróleo al descubierto


Tengo 14 de años de experiencia en los mercados y las inversiones. Si hay algo que aprendí, ciertamente, es que el precio de cada uno de los activos financieros es el “rey”.
¿Qué implica esto?
El precio de un activo financiero es único y es el que se deriva de la interacción de la oferta y la demanda. En muchas ocasiones uno sabe que el precio puede estar manipulado por cuestiones ajenas a los fundamentos de ese activo y que en la teoría ese nivel debería ser muy distinto al que muestra la realidad.
Pero allí no hay nada que hacer. El precio que se muestra en la pizarra manda y hay que aceptarlo, nos guste o no desde nuestra perspectiva de inversores.
Pero ciertamente cuando notamos que el desfasaje entre el precio de mercado y el precio que debería tener un activo es demasiado grande, ahí es donde aparecen las grandes oportunidades.
Esta vez quiero referirme al petróleo y su abrupto descenso de más de 45% en el 2014. Me cuesta creer que a todo el espectro de analistas globales se les haya pasado por alto este repentino exceso de oferta del commodity en sus proyecciones para el precio del crudo durante este año.
Siempre, desde un primer momento, manifesté que el trasfondo de la caída del precio del petróleo respondía a una cuestión geopolítica donde una gran cantidad de poder global estaba en juego. La irrupción desde hace unos años atrás de Estados Unidos como gran productor mundial de petróleo y gas no convencional amenazaba con cambiar las relaciones de poder en el mundo y la influencia de la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) en el mapa global.
Y la reciente tapa del prestigioso diario The Economist así lo demuestra (foto principal)...
Pero aún considerando este cambio estructural en el mercado energético global, no encuentro justificación suficiente para explicar la baja tan abrupta del precio del oro negro.
Y es ahí donde hay que buscar otras explicaciones.
Ni en las épocas de la gran crisis financiera de 2008 se veía tanta volatilidad en el precio del crudo. En las últimas semanas hemos sido testigos de cómo su precio oscilaba entre +3% y -3% en una jornada diaria y viceversa. Es allí donde los especuladores entran en acción y la irracionalidad de corto plazo domina la escena.
Si el mundo desarrollado está más estable, si Estados Unidos crece a su nivel más rápido en una década (5% anualizado en el tercer trimestres) y si el mundo emergente no ha sufrido una recesión imponente, entonces me pregunto: ¿cómo el petróleo puede retroceder más de 45% en este contexto?
Extraño.
Pero como le mencioné anteriormente, la irracionalidad de corto plazo puede abrir oportunidades. Y el siguiente gráfico puede decirnos mucho acerca de eso:

Tras acusar el impacto inicial de la fuerte caída del crudo, en las últimas semanas el ETF de Energía (XLE) -línea azul-no solamente no acompañó la persistente caída del precio del petróleo -línea roja- sino que comenzó a subir.
En concreto, esto puede interpretarse como una señal de que las últimas bajas del crudo forzadas por los especuladores han perdido credibilidad y que los inversores creen que no podrá sostenerse por mucho tiempo más, por lo que aumentan su exposición a empresas del sector esperando el ansiado rebote de precios.
Particularmente creo que esto es así. Y que hay oportunidades.
El tiempo dirá quien tiene la razón. Lo que la historia dice es que en el largo plazo tienden a primar los fundamentos, dando un guiño hacia el posicionamiento en acciones petroleras.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Inversiones 2015: Entrevista Cronista Comercial

Te dejo el link de una entrevista que me hicieron en Cronista.com para dar una panorama sobre las posibles mejores inversiones de cara al 2015.


sábado, 13 de diciembre de 2014

Tres lecciones del fracaso del canje

Viernes 12 de diciembre, 18 horas. El ministro de Economía, Axel Kicillof, presentó el duro revés a su estrategia de canje de deuda como un gran éxito.

"En momentos en que hay retiro de dinero de los países emergentes, acá solo se cambiaron 185 millones de dólares, y se quedaron con nuestros títulos. El test de confianza ha dado positivo porque nadie se ha querido llevar los dólares", dijo el funcionario.

Detrás de esa declaración claramente hay desconcierto. 

Y se oculta la realidad...

Lo que en una primera instancia era una propuesta inteligente, según mi opinión, luego se llenó de inconsistencias. De allí, el fracaso.

Varios fueron los errores, hasta impensados de que provengan de un equipo de técnicos del ministerio de Economía de un país.

Pero a su vez, debe servir como experiencia. Hay lecciones importantes que deben quedar para evitar repetir errores nuevamente.

El gran desafío es hacer una autocrítica y repensar estrategias.

¿Se podrá?

Lección N° 1: La importancia del incentivo vía precios

Por más que una estrategia sea inteligente desde la teoría, no va a funcionar si no está aceitado el proceso de incentivos de precios.

Desde un primer instante el Gobierno intentó seducir a los inversores pagando un precio por el Boden 2015 a un nivel por debajo de lo que operaba en la Bolsa. Si uno, como inversor, ciertamente no tenía la restricción de la liquidez del mercado, la decisión estaba consumada de antemano: no participar del canje.

Resignar US$ 10 dólares en los próximos 10 meses (TIR del 13% en moneda dura) era un castigo demasiado amplio para no lidiar con el riesgo argentino. Quien es tenedor de un bono soberano local ya sabe de qué se trata cuando alguien le quiere explicar el riesgo de su tenencia.

Conclusión: sólo se entregaron bonos por US$ 185 millones.

Adicionalmente, el incentivo de precios tampoco funcionó en la colocación de nueva deuda vía Bonar 2024. De los US$ 3.000 millones pensados inicialmente, sólo se suscribieron US$ 377 millones, algo más del 12%.

¿Por qué alguien le iba a pagar US$ 96,20 al Gobierno por un bono que se conseguía casi US$ 1 por debajo de ese precio el día de cierre de la licitación?

Lección N° 2: No improvisar con el Señor Mercado

Al mercado hay que respetarlo. Hay ciertos procedimientos y comportamientos que deben seguirse al pie de la letra.

En caso de no aceptar esas reglas, el riesgo de recibir una "bofetada" es muy alto. Y es algo que debe evitarse porque condiciona el futuro.

En Economía pensaban que la vuelta a los mercados voluntarios de forma unilateral era posible. Cuando se anunció la medida, la gran mayoría de los analistas (incluido yo), pensamos que la licitación estaba casi cerrada de antemano con inversores institucionales.

Pensamos que no se trataba de algo improvisado. 

Nos equivocamos...

Y si bien es cierto que se vivió una de las peores semanas del año en las bolsas globales al momento de la colocación, no es menos cierto que hubo errores en la implementación de la estrategia muy grande.

Y esos errores quedaron en evidencia con el resultado de la licitación.

Lección N° 3: El default tiene un costo

De alguna u otra manera, el default técnico influyó en el resultado, sobre todo por el lado de la confianza de los inversores.

Aunque el Gobierno lo niegue y se adjudique varias victorias diplomáticas contra los holdouts, el no cumplir con las obligaciones y compromisos tiene sus efectos negativos en la práctica.

No van a llegar fondos frescos en la medida que los problemas que erosionan la confianza no se resuelvan. Y esa resolución implica cerrar, de una vez por todas, el capítulo con los fondos buitres.

Quizás hasta este magro resultado sea una buena noticia y acelere una "negociación" con los holdouts a partir de enero.

Para que esto ocurra, tiene que primar la racionalidad.

Sé que es difícil, pero hay que mantenerse optimista.

De todo revés en cualquier ámbito se aprende, se saca conclusiones, se hace una autocrítica y se mira hacia adelante para construir.

Esperemos que esta vez no sea la excepción...



domingo, 16 de noviembre de 2014

Las acciones chinas pueden ser el esperado regalo navideño

En la última década, China ha estado en el centro de la escena por múltiples causas.

A principios de los 2000 se pensó en el gigante asiático como el sustituto natural de Estados Unidos en su rol de motor del crecimiento global. La explosión de la burbuja punto.com y los atentados del 11 de septiembre a las Torres Gemelas habían dejado serios daños en la economía estadounidense.

En paralelo, China emergió con tasas de crecimiento anual de dos dígitos a partir de la transición de ciertas políticas económicas del comunismo al capitalismo.

La crisis que desató el mercado inmobiliario en Estados Unidos en 2007, conocida como la de las hipotecas subprime (baja calidad crediticia de los deudores), potenció el razonamiento anteriormente mencionado. 

Ya no sólo se vinculaba a China como el nuevo motor del crecimiento global, con foco en las economías emergentes, sino que se hablaba que su moneda, el yuan, ocuparía el lugar de un dólar debilitado en su rol como reserva de valor global.

No solo que esto último no ocurrió, sino que a partir del año 2010 comenzaron a vislumbrarse ciertas inconsistencias en el modelo económico de la segunda mundial -China- que llevaron a menores tasas de crecimiento y a ciertas proyecciones un tanto alarmista por algunos analistas de Wall Street.

A partir de ese año, las acciones chinas listadas en el mercado de Shanghai no hicieron otra cosa que bajar (y con fuerza). En cierta medida, anticiparon la desaceleración económica que finalmente se evidenció con tasas de crecimiento anual que pasaron del 10% al 7,5%.


Estas acciones del "mainland" de China, denominadas Clase A, solamente podían ser operadas por inversores institucionales, estatus que otorgaban las autoridades regulatorias del país.

Si uno, como inversor minorista, quería invertir en acciones chinas tenía dos caminos para hacerlo: operarlas en Hong Kong (acciones Clase H) o sino adquirirlas en Wall Street vía ADRs o ETFs.

Este condicionamiento está a punto de cambiar. 

El día 17 de noviembre se dará un gran cambio de rumbo a esta política limitante contra el inversor minorista ya que se abrirá la posibilidad de que esta clase de inversores  pueda comenzar a comprar y vender acciones Clase A, las que otrora estaban solamente habilitadas para grandes inversores.

Se trata de un cambio estructural muy importante.

Y sin dudas el rally superior al 20% que tuvo la bolsa Shanghai desde junio último anticipa la gran expectativa que hay en torno a estas acciones del "mainland".

Tanto los grandes bancos de inversión de Wall Street como los propios bancos de inversión asiáticos están recomendando a sus clientes minoristas participar activamente de este proceso de cambio estructural que se dará en los mercados bursátiles chinos.

Este proceso, denominado "Shanghai-Hong Kong Stock Connect" puede ser el gran regalo navideño que esperan los inversores por varios motivos:

1.  Las acciones chinas del mainland (Clase A) cotizan con un descuento importante tanto contra las acciones cotizantes en Hong Kong (Clase H) como contra sus pares de las grandes economías emergentes.

2. A pesar de la desaceleración económica, nadie duda de que China seguirá siendo uno de los principales jugadores estratégicos de la economía global.

3. Cualquier gran cambio estructural de mercado viene acompañado con un exceso de optimismo que impulsa más que proporcionalmente las cotizaciones de las acciones.

4. Técnicamente, una suba de más de 20% desde el punto más bajo del último tiempo implica que ese mercado se encuentra en una tendencia alcista.

Esta conjunción de motivos hace pensar que el mercado seguirá en modo rally alcista para las próximas semanas.

Usted puede ser parte protagonista de este proceso si destina alguna ficha de su cartera a este nuevo mega mercado que abre el juego a todos los inversores.

Aproveche este regalo navideño.

No siempre sucede.




viernes, 31 de octubre de 2014

¡Volvió la guerra de monedas!


Se cerró una semana con mucha actividad y novedades en el escenario geopolítico global, sobre todo por las decisiones de política monetaria de los principales bancos centrales del mundo.

Hacía mucho tiempo que no ocurría esto.

Cuatro bancos centrales fueron protagonistas excluyentes de la escena internacional. Dos de países desarrollados y dos de países emergentes.

Presentaremos lo anunciado por las entidades bancarias por el grado de sorpresa creciente que tuvieron estas decisiones sobre los participantes del mercado.

Estados Unidos

Como era previsible, en la reunión del Comité de Política Monetaria, la Reserva Federal de ese país anunció el fin del programa de estímulo monetario parte III, o como se lo conoce en la jerga bursátil Quantitative Easing III (QE III).   

¿Qué significa esto para el ciudadano de a pie?

El banco central de Estados Unidos no inyectará más dólares para comprar bonos, hacer subir los precios de los mismos y bajar el interés. Al no existir esa demanda artificial de bonos, las tasas de interés comenzarán a subir gradualmente, no solo en ese país, sino que el encarecimiento del financiamiento se exportará al exterior.

Repito, será un proceso gradual. Pero hemos visto un punto de inflexión y el dólar se fortaleció por este motivo a nivel global.

Brasil

Sorpresivamente, y un día después de la reelección de Dilma Rousseff, el Banco Central de ese país decidió subir la tasa de interés de referencia (Selic) en un cuarto punto porcentual hasta el 11,25%. Con una inflación en torno al 6,25%, la tasa de interés real se ubica en 5%.

Si un brasileño invierte en un plazo fijo a esa tasa a un año de la plazo, cuando retire su dinero incrementará su poder de compra en un 5% con la inversión.

Pero el real objetivo detrás de esta movida fue frenar el descontento de los mercados e inversores con la reelección de la candidata oficialista, tratando de seducirlos con una tasa de interés mayor y evitar que salgan capitales al exterior presionando al valor del real.

Durante esta semana, el objetivo se cumplió porque se logró estabilizar el real en nivel de BR$ 2,45 / BR$ 2,50. Veremos como continúa en el futuro.

Rusia

La masiva salida de capitales en Rusia obligó al Banco Central a subir drásticamente la tasa de interés del 8% al 9,5%. Pese a que la semana finalizó algo mejor, el rublo ruso acumula una depreciación mayor a 25% en el año, siendo una de las monedas emergentes más castigadas por la coyuntura.

El fortalecimiento del dólar y la caída del precio del petróleo, principalmente, continúan presionando la moneda rusa y las perspectivas lucen desafiantes.

Japón

Si el anuncio realizado por el Banco Central de Japón en abril de 2013 de duplicar la base monetaria en el término de dos años no había sido suficiente, en el día de la fecha la entidad subió ese objetivo en un 15% adicional.

Este anuncio de yenes para todos sorprendió positivamente a todos y motivó una rally alcista no sólo de la Bolsa japonesa (casi 5%) sino de Europa y Estados Unidos, cerrando nuevamente en máximos históricos.

El dato a considerar es que tras el anuncio el yen perforó la barrera de 112 yenes por dólar y alcanzó su menor nivel en los últimos siete años.

El objetivo es sacar definitivamente a la economía de la parálisis causada por el proceso deflacionario deprimente que atraviesa la economía en las últimas dos décadas.

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Tres conclusiones importantes se desprenden de estos movimientos:

1- La guerra de monedas está de vuelta y es probable que empecemos a ver tensiones comerciales en breve entre Estados Unidos y las otras potencias globales que vieron sus monedas depreciarse fuerte contra la divisa estadounidense.

2- La depreciación de las monedas emergentes podrían dar lugar a incipientes procesos inflacionarios.

3-  El precio de las acciones globales podría seguir sostenido mientras continúe la fiesta de la emisión monetaria en el mundo desarrollado. Hoy Japón, ¿mañana Europa?

martes, 28 de octubre de 2014

Aniversario del CEPO: Nada que festejar

Hace tres años, y tan solo una semana después de ser reelecta con el 54% de los votos, la presidenta Cristina Fernández ponía fin a la confianza que gran parte del electorado había puesto en ella.

En un intento por frenar la feroz fuga de capitales, que para ese año 2011 amenazaba con traspasar los US$ 22 mil millones, el Gobierno decidió que era el momento de aplicar un control de cambios.

Era la llegada del famoso cepo cambiario.

Lo que en un primer momento se presentó como "cualquiera podrá comprar todos los dólares que quiera con solo mostrar su DNI y su autorización previa de la AFIP" rápidamente se transformó en "se encuentra terminantemente prohibido comprar divisa con fines de atesoramiento".

Y claro, los dólares, de repente (?), se convirtieron en un bien escaso y urgía la necesidad de administrarlos para los fines y necesidades múltiples que se presentaban.



En un primer momento la necesidad principal era abastecer de dólares a aquellos que importaban bienes para hacer girar la rueda de la estructura productiva.

Luego, el paso del tiempo dejó en claro que la real prioridad de aquellos dólares atesorados por el Banco Central de la República Argentina era el pago de la deuda y la importación de energía.

El remanente, de existir, sería distribuido arbitraria y discrecionalmente a los importadores.

La medida, una vez más, apuntó a atacar la consecuencia y no el problema.

En ningún momento se pensó y/o analizó cuál era la razón de tal desconfianza que hacía que cada peso excedente que ingresaba al bolsillo de un argentino rápidamente era canalizado hacia el mercado cambiario para ser transformado en una divisa dura, que inspire más confianza.

Con este cuadro, el costo económico de la medida fue realmente devastador. 

Algunos efectos negativos son muy elocuentes:

- La brecha cambiara entre el dólar oficial y el ilegal se disparó considerablemente, pasando de un nivel promedio de 3% al 72%.

- La actividad inmobiliaria se contrajo a tasas peores que las verificadas en la terminal crisis económica del año 2001.

- Surgieron restricciones en el comercio exterior que quitaron dinamismo a ciertos sectores industriales dependientes de importaciones para su proceso productivo.

- Mayor incertidumbre por la aceleración de las expectativas de devaluación que impactaron negativamente en el consumo.

- Aceleración del déficit financiero de la cuenta turismo.

- Permanente drenaje de las reservas internacionales.

Esto son algunos de los costos. Y el destinatario final de estos efectos adversos fue la actividad económica.

No por nada un estudio reciente del Fondo Monetario Internacional señaló que la economía argentina fue la de menor crecimiento económico en los últimos tres años (aún por detrás de Venezuela).

Y justo el cepo cambiario cumple hoy su tercer aniversario.

En la actualidad, pensar en levantar el control de cambios sin acceso al mercado internacional de deuda y con un permanente incremento de la desconfianza en el Gobierno es prácticamente imposible.

Habrá que esperar a una nueva administración, al recambio político.

Sin embargo, se puede dejar de el camino lo más allanado posible al sucesor, se trate de un oficialista o un opositor.

Quizás sea mucho pedir, pero no es muy difícil hacerlo.

Alentar a las potenciales fuentes de ofertas de divisas (exportaciones e inversión) mediante un clima de mayor certidumbre.

Solo eso.

Y por el momento, no hay nada que festejar.



domingo, 12 de octubre de 2014

Baja el dólar, ¿bajan las expectativas de devaluación?

A diferencia de las columnas anteriores, donde gran parte de ellas estaban orientadas a explicar por qué subía el dólar en Argentina, la actual está gobernada por exactamente lo contrario: tratar de explicar por qué baja el dólar.

Así de ambigua y pendular es la Argentina de siempre. Moviéndose de un extremo al otro, sin punto medio, sin siquiera regular la velocidad de ajuste ni un poquito.

Esta particularidad es la que hace que muchos se espanten con la Argentina. Pero también eso mismo es lo que hace que algunos se vean seducidos con esta economía. Y yo, debo confesar, me siento más familiarizado con el segundo caso, aunque por momentos me gustaría ganar algo más de tranquilidad.

Más allá de eso, la novedad de la última semana es que ¡el dólar bajó!...

Después de haber tocado $ 16, alcanzando un récord histórico, la divisa retrocedió. Y más fuerte aún fue la caída del denominado dólar "contado con liqui" y el dólar "Bolsa", los cuales habían superado los $ 15 y ahora apuntan al nivel de $ 13.

Más allá de la delicada situación de la macroeconomía argentina de corto plazo, yo sostenía que el dólar en $ 15 me parecía caro para ese momento.

Cuando publiqué esto en Twitter, las críticas de mis seguidores y otros usuarios fueron muy grandes:



Mi sensación se basaba en el proceso de sobrerreacción u "overshoting" que generalmente se da en determinadas variables financieras cuando se sobrevienen momentos de estrés.

Y las semanas posteriores me dieron la razón. Todo se descomprimió.

¿Para siempre?

No, en absoluto. Soy consciente de que esta corrección bajista del dólar, en cualquier de sus versiones, fue muy gestada por el poder de policía que ejerció el Gobierno. Y creo que se debía actuar en ese sentido para evitar una corrida masiva contra el peso argentino.

Pero si rápidamente esto no es complementado con medidas que actúen sobre las expectativas, la baja del dólar será efímera. Hoy bajó el precio del dólar, pero no han disminuido las expectativas alcistas sobre el precio de la divisa para el futuro.

Urge un plan anti-inflacionario, la prudencia fiscal y monetaria y la necesidad de engrosar las reservas del BCRA de manera sustentable.

Si esto no ocurre, el dólar no tiene otro camino que seguir subiendo.

Pero recuerde, todo tiene un precio. No se deje obnubilar por ninguna opinión, provenga de donde provenga. 

Saque sus propias conclusiones con la información disponible.

Eso lo hará crecer como inversor. 



lunes, 6 de octubre de 2014

¿Le importa a la Bolsa los banqueros centrales?

El miércoles 1 de octubre, promediando la rueda bursátil, comenzaron los rumores de la salida de Juan Carlos Fábrega del Banco Central de la República Argentina. A partir de allí, y con la confirmación del rumor, para las acciones argentinas fue todo volatilidad.

Leyendo las noticias y haciendo un poco de historia hay muchas cosas que sigo sin entender. Y más aún cuando escucho ciertos argumentos para justificar la débil situación de la economía argentina.

Desde "el mundo se nos cayó encima" a "la inestabilidad de las principales economías desarrolladas del globo" son las causas más usualmente utilizadas para culpar a los de afuera por todos los males que atraviesa la Argentina.

En paralelo, el mundo real.

- Las tasas de interés se mantuvieron en un nivel históricamente bajo en los últimos 6 años, con regiones desarrolladas donde el costo del dinero ha sido virtualmente 0%.

- La liquidez que fluyó a los mercados emergentes en ese mismo período fue espectacular.

- Los precios de los commodities se mantuvieron en niveles elevados (recién en los últimos seis meses comenzaron a ceder).

- Países latinoaméricanos crecían entre 4% y 5% con baja inflación.

- Estados Unidos vio su tasa de desempleo caer a menos de 6% por primera vez desde 2008 y su crecimiento del segundo trimestre fue el más veloz desde 2009.

¿Este escenario es realmente un mundo caído y culpable de nuestros problemas? 

En paralelo, nuestro realidad.

Con la llegada de Alejandro Vanoli ya son cinco presidentes del Banco Central en 11 años. Esto da un promedio de casi 2 años por presidente. Es cierto que en el medio, Martín Redrado estuvo seis años al frente de la entidad. Pero la rotación de presidentes es un síntoma de debilidad y falta de institucionalidad alarmante.

En Estados Unidos, los últimos cinco presidentes de la Reserva Federal acumulan un período de 36 años, tres veces más que en el caso argentino. Sólo un dato.

Otro dato de color muestra que desde 2003 a la fecha, Argentina tuvo ocho ministros de Economía distintos (Lavagna, Miceli, Peirano, Lousteau, Fernández, Boudou, Lorenzino y Kicillof), de los cuales cinco pertenecen a los seis años del mandato de Cristina Fernández. Esto es, casi 1 ministro por año.

¿Sabe cuántos ministros de Economía tuvo Brasil desde 2003 a la fecha? Solo dos: Antonio Palocci Filho y Guido Mantega.

Se trata de simplemente datos, no estoy haciendo juicios de valor. Pero sí lo que muestra es que gran parte de la inestabilidad Argentina se debe a cuestiones internas más que externas. No busquemos culpables afuera, miremos adentro.

¿Usted imagina que es posible que tengamos estabilidad y políticas de largo plazo con semejante rotación de funcionarios en materia económica y monetaria?

Complicado.

¿Le importa a la Bolsa quién es el banquero central?

Más allá de esto, me gustaría focalizarme brevemente en el comportamiento de la Bolsa ante cambios en el sillón presidencial del Banco Central de la República Argentina.

Analizando ciertas estadísticas, creo que la conclusión será reveladora.

Cualquier movimiento en la cúpula de la autoridad monetaria genera incertidumbre y volatilidad en los mercados en el cortísimo plazo. De eso no hay duda. Y lo ocurrido en la última semana no es la excepción.

Pero ¿qué ocurre cuando el cambio político es asimilado y pasan los días? ¿Cómo se reacomodan las acciones?

Veamos el siguiente cuadro:

  
Lo que se observa es que un mes después de la asunción del nuevo presidente, el mercado o recupera el nivel anterior (caso Marcó del Pont o Fábregas) o está más alto (caso Prat Gay o Redrado), se trate de un presidente más o menos alineado con el mercado.

Pero en el mediano plazo (6 meses), la Bolsa parece no interrumpir su tendencia de fondo previa a la que venía mostrando con el recambio presidencial del BCRA. Y, nuevamente, el proceso tiende a acelerarse si el presidente de turno es más amigable con el mercado en general.

Usted dirá que hoy la situación económica es muy débil y desafiante en la actualidad. Pero también lo era cuando asumió Prat Gay, Redrado, Marcó del Pont y Fábrega. ¡Así es la Argentina!

Van sólo cuatro días de Vanoli al frente de la entidad y si las estadísticas analizadas imperan, la Bolsa debería retomar, tarde o temprano, la tendencia alcista.

El tiempo dirá si estamos o no frente a una típica excepción a la regla.

martes, 23 de septiembre de 2014

5 razones por las que el valor del blue es importante

Con el mercado cambiario bajo presión nuevamente y con una brecha entre el dólar oficial y el informal en 80%, los pronósticos sobre cuánto debería valer el blue a fin de año están a flor de piel.

Es innegable que la ansiedad por fugarse del peso argentino y buscar cobijo en la moneda estadounidense es el camino que elije una gran cantidad de inversores que tienen excedentes monetarios en moneda local.

Al momento en que escribo esta columna, el dólar informal cotiza en niveles de $ 15,35, un valor récord histórico. A pesar de esto, la divisa pareciera que no encontrará un techo en lo inmediato si las actuales condiciones persisten.

Si me preguntan a cuánto estará el valor del dólar informal para fin de año, mi respuesta es "no lo sé". Desde ya que tengo hecho mis análisis al respecto, cruzando distintas variables económicas y obteniendo proyecciones sobre cuál debería ser el valor de equilibrio de la divisa.

¿Pero acaso es esto relevante en estos momento?

NO.

En condiciones de relativa estabilidad, aún considerando las variables actuales, el dólar a $ 15,35 está caro, no es el de equilibrio.

Pero en estos momentos poco tiene que hacer el análisis de proyección del dólar en base a los fundamentos. La inercia de fuga del peso es tal que nada importa, ni el nivel de reservas, ni el nivel de inflación, ni de emisión monetaria, etc..

El mercado está lanzado. Ningún análisis, por más serio que sea, tiene la capacidad de eliminar el margen de error en la proyección de un valor justo para el dólar hoy en la Argentina.

Lo que es extraño y llama la atención es la ignorancia de la administración central en torno a este tema. Esa ignorancia se da tanto desde lo discursivo como en los hechos. Nadie parece medir las consecuencias sobre esta corrida contra el peso.

Esta salida masiva se da no solo en el mercado informal, sino en canales formales como el dólar MEP y el contado con liquidación.

Nuevamente, me sorprende la falta de abordaje de este tema por parte del Gobierno ya que existen razones concretas para ocuparse de esta situación.

Al menos, reconozco en estos momentos cinco claves de relevancia de por qué el blue importa...y mucho:

1. El blue opera sobre el mecanismo de formación de precios del productor o intermediador, ya que los procesos productivos tienen, en muchos casos, un alto componente de insumos importados. Esto aviva la inflación.

2. También opera sobre las expectativas del consumidor. Si sabemos que el dólar sube y sube, estamos dispuestos a postergar consumo para hacernos de dólares hoy y mantenerlos por un período de tiempo relativamente largo, evitando el consumo actual y golpeando más el ya alicaído nivel de actividad.

3. Acelera la expectativa de devaluación del tipo de cambio oficial ya que al agrandarse la brecha cambiaria se da por sentado de que es necesaria una corrección del "oficial" para volver la brecha a valores más cercanos al promedio.

4. Se acelera la inflación ya que los pocos sectores que acceden al tipo de cambio oficial para pagar sus importaciones trabajan con escenarios de que el dólar oficial saldrá más caro en el futuro y el costo de reposición de sus importaciones será mayor, por lo que tratan de cubrirse de este efecto actuando con suba de precios hoy.

5. Acelera la sangría del BCRA en la cuenta de turismo. Por un lado, se amplía el desincentivo de que extranjeros liquiden sus dólares vía el mercado formal, por lo que no ingresa un sólo dólar a las reservas. Por el otro, el turismo hacia el exterior se acelera, anticipándose a una futura devaluación del oficial, generando mayor salida de dólares del BCRA.

Los anteriores se tratan de, al menos, cinco factores (y costos) que el Gobierno debería considerar cuando ignora lo que ocurre en el mercado cambiario informal.

Cuanto más la ignorancia, mayores son los costos. 

lunes, 25 de agosto de 2014

Qué sabe el mercado que nosotros desconocemos

Argentina entró formalmente en default el 30 de julio último. Más allá de la voluntad de pago del Gobierno, los fondos no llegaron a mano de los acreedores y los cupones del bono de Descuento en dólares Ley Nueva York no fueron pagados.


Eso es historia sabida. 


A partir de entonces el flujo de noticias en torno a esta situación ha sido realmente importante. Hagamos un breve reconto:

- Primero nuestro ministro de Economía calificó al evento de incumplimiento como "pavada atómica".


- Luego la Asociación Internacional de Derivados y Swaps (ISDA en inglés) declaró el default propiamente dicho y dispuso una subasta del pago indemnizatorio por el incumplimiento de contratos para el 2 de septiembre.

- También supimos ser testigos de las negociaciones que bancos extranjeros llevaron a cabo con los "fondos buitres" y que no llegaron a buen puerto.

- Finalmente, hace unos días, la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner anunció el envío al Congreso de la Nación de la Ley de Pago Soberano buscando que se reemplace el lugar de pago de los bonos ley NY por la plaza local.

Realmente todo es muy intenso. Y ni siquiera ha transcurrido un mes desde el default a la fecha. Algunos optimistas mantienen la posición esperanzadora de esperar hasta el 1 de enero de 2015, fecha en que cae la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers), para que el Gobierno encare una negociación final con los denominados buitres y solucionar el problema de una vez por todas.

Sin embargo, soy algo escéptico con esta posición.

Pensando en voz alta digo, ¿cuál es el incentivo que tiene el Gobierno de arreglar con los holdouts cuando las encuestas marcan que la imagen de la mandataria argentina se fortalece cuanto más obstinada es su lucha contra los buitres que quieren apoderarse de la patria?

Realmente ninguno.

De continuar estos réditos políticos personales, la situación puede quedar indefinida hasta la llegada del próximo Gobierno. De todas formas la realidad económica y social pone un límite a ese comportamiento y sabemos que 14 meses en Argentina hoy (cuando se celebran las elecciones presidenciales) son realmente una eternidad.

El ritmo de deterioro de ciertas variables económicas es muy preocupante. Y se tratan de variables muy sensibles para el común de la gente.

La disparada del dólar blue en torno a $ 14, pese a que lo nieguen, tienen un pesado y negativo efecto sobre las expectativas inflacionarias y de la actividad en general. Omitir este efecto es como querer, una vez más, negar la realidad.

Un país donde las expectativas son negativas no puede salir del preocupante nivel de "estanflación" en el que nos encontramos. Ya ni siquiera la caída del nivel de actividad es capaz de poner un freno a la tasa de inflación. Por el contrario, esta última se acelera sin importar lo que acontece con la caída, ha tomado inercia propia.

La situación de crisis está lejos de ser comparable con la acontecida en 2001, pero a medida que los problemas se agudizan, el panorama luce realmente más sombrío.

Sin embargo, pese a esta coyuntura, el mercado todavía no está "priceando" un escenario de caos económico total. 

Es cierto, los activos argentinos bajaron (acciones y bonos), pero lejos están de un derrumbe generalizado considerando el gran alza que habían mostrado en los meses previos.

A modo de ejemplo, el ADR de Galicia sólo bajó un 15% desde que se declaró el default, un nivel que no indica la apocalipsis. Y en el mercado argentino la acción subió por el efecto del alza del "contado con liqui".


Realmente hay algo que el mercado sabe o apuesta y que el inversor común no puede descifrar.

Quien les habla tampoco.

Si es una cuestión concreta, bienvenida sea y aplaudiremos el final feliz. Ahora bien, si todo se basa en esperanza y fe y finalmente ninguna negociación en puerta emerge para encauzar la situación, entonces sí podemos ver una caída acelerada de los activos.

El mercado tiene paciencia. La pregunta es hasta cuando.

El tiempo dirá...

domingo, 3 de agosto de 2014

Los efectos del default en 5 gráficos

Hace exactamente una semana escribía un artículo titulado El costo de un nuevo default para la Argentina en donde precisaba la dinámica de los efectos que se podían suceder en caso de que el país ingresara en un nuevo incumplimiento de su deuda pública.

Como en aquella ocasión, repito, las magnitudes de los incumplimientos de 2001 y 2014 no son comparables, pero ambos comparten una características en común: la incertidumbre.

De acuerdo a cómo se dieron los acontecimientos durante la última semana, el Gobierno ha radicalizado su postura contra los fondos buitres, el juez Griesa y el mediador Pollack. Todo esto indica que en el corto plazo no es probable que se alcance un acuerdo. Los incentivos son bajos. La nueva fecha límite es el 30 de septiembre, cuando se arribe al vencimiento de los intereses del bono PAR.

Las expectativas, entonces, están puestas en un posible acuerdo entre privados.

Mas allá de esto y de la retórica de las palabras de los funcionarios argentinos señalando que el país no está en default, las consecuencias del incumplimiento ya se están haciendo sentir.

La semana pasada señalé que los primeros efectos se verían por el lado financiero, para luego, de proseguir con el incumplimiento, tener su impacto sobre la economía real.

Y en el sistema financiero ya se han manifestados los impactos negativos.

Analicemos esto en cinco gráficos.

1. Riesgo País. Después de haberse ubicado en niveles por debajo de los 600 puntos básicos, ante el default generado el 30 de julio el riesgo país salto por encima de los 700 puntos básicos nuevamente. Esto es un indicador directo del riesgo que implica invertir en Argentina y se trata del costo de financiamiento que deben afrontar la Nación, provincias y empresas en caso de que el mercado voluntario de deuda estuviera abierto.

Para tener una idea de cuán riesgosa es Argentina hoy, Brasil ostenta un riesgo país tres veces inferior mientras que para Chile este indicador se ubicar en niveles de 130 bps.


2. Contado con Liquidación. Este concepto surge del dólar que relaciona un activo financiero que cotiza en el mercado local con la cotización del mismo activo en los mercados de Nueva York. Básicamente es una medida que indica cuánto esta dispuesto un inversor pagar el dólar para sacarlos del país. Cuanto mayor es el dólar de contado con liqui, más riesgo percibido. Antes del default este dólar oscilaba los $ 9,70 / $ 9,80. Hoy está en $ 10,30 y subiendo.


3. Dólar Blue. Es cierto que el volumen del dólar informal no es tan representativo, pero también es real que el nivel de transacciones viene aumentando, sobre todo en momentos de mayor incertidumbre. Y el dólar informal tiene un impacto directo en la formación de expectativas. Muchos formadores de precios que importan bienes establecen su precio en base al valor de reposición de los bienes en base a este dólar. Desde principio de junio la tendencia es creciente y acelerándose en los últimos días para ubicarse cerca de $ 13. Mayor valor del blue, mayor presión inflacionaria.


4. Credit Default Swap (CDS). Los CDS son coberturas contra un default que toman los inversores en contratos privados. Es cierto que no tiene implicancia directa en lo inmediato, pero a mayor prima del CDS más probabilidad ven los inversores de un default. Esto es, más riesgo percibido y más tasa de rendimiento reclamarán al país en el caso de una nueva emisión de bonos.

Los CDS con vencimiento a 5 años dieron un salto exraordinario el día viernes 1 de agosto.


5. Tasa Interbancaria. Por último, también se comenzó a vislumbrar cierta presión alcista sobre las tasas de interés domésticas en pesos. La primera en reaccionar fue el "call money" o la tasa interbancaria, que es la que se cobran los bancos por préstamos de cortísimo plazo, hasta siete días, para cubrir cuestiones puntuales de liquidez. El salto en esta tasa fue evidente el viernes y, de persistir, tendrá su impacto en las tasas de interés de financiamiento de consumo e inversión.


Como observamos, el sistema financiero ya reflejó la mayor incertidumbre que generó el default. De no ser resuelto en breve, la economía real comenzará a recibir las consecuencias negativas de este proceso.

Y eso es algo que no le conviene a nadie por sus impactos económicos y sociales.

(*) Fuente de los gráficos: Ambito.com y Deutsche Bank