Durante la última década, la “teoría del desacople” fue el
centro del debate entre los economistas del mundo. Las acciones argentinas son
un caso testigo de esta teoría.
Una vez más la Argentina es noticia entre los inversores y
no necesariamente por haber otorgado satisfacciones a quienes hayan apostado
invertir en activos financieros de ese país.
Finalizado el primer trimestre de 2012, donde los mercados
estadounidenses alcanzaron la mejor performance desde el año 2009 y, como en el
caso del índice Nasdaq, el nivel más alto desde el año 2000, las acciones
argentinas han dejado, una vez más, un sabor agridulce entre los inversores.
Luego de un 2011 para el olvido, ubicándose entre las cinco
peores bolsas a nivel global, se esperaba para el inicio de 2012 sea una
especie de revancha para el Índice Merval y que recompensara a los alicaídos
inversores.
A pesar de la evidente mejoría del contexto internacional,
con mayor estabilidad en la Unión Europea, recuperación en la actividad
económica de los Estados Unidos y precio internacional de la soja en el nivel
más alto en 12 meses, las acciones argentinas fueron presas de la incertidumbre
económica local generada por conflictos políticos con influencia creciente.
El permanente enfrentamiento entre el Gobierno y el sector
privado -con el caso YPF a la cabeza del proceso- sumado a las limitaciones
para la distribución de dividendos en efectivo y la elevada incertidumbre sobre
la evolución del tipo de cambio, han configurado un cocktail explosivo para las
acciones argentinas y eso se vio claramente reflejado en sus cotizaciones.
Todo este escenario ha contribuido a acrecentar el descuento
con el que cotizan las empresas argentinas respecto a sus pares de la región,
llevándolas a un terreno de precios insólitamente bajos.
A nivel comparativo, cuando nos remitimos a los números
duros, la debilidad del Merval se acrecienta considerablemente:
- Mientras que el Merval sólo subió 1,35% en
marzo, el índice S&P 500 avanzó más del doble (3,13%) mientras que el
Nasdaq trepó 4,2%. En el acumulado del trimestre el contraste es aún mayor: el
Merval subió 8,99%, el S&P 500 12% y el índice tecnológico 18,67%.
- La comparación también resulta negativa cuando se realiza sobre la base de los principales mercados latinoamericanos: el Merval creció 8,99% en los tres primeros meses del año, contra el 13,67% del Bovespa y el 11,97% del IPSA chileno.
¿Qué nos sugiere lo anterior?
En una primera instancia se desprende que la Argentina es un
país considerado sumamente riesgoso por parte de los inversores globales, dejando
en claro que la atractiva valuación relativa de las acciones argentinas no es una
condición suficiente para invertir parte de su portafolio en este mercado.
Con la visión puesta hacia el futuro, el dilema a descifrar
es si la mayor ”sintonía fina” del modelo económico argentino, con una elevada
dosis política, será un escollo lo suficientemente engorroso de superar para evitar que el Merval pueda recuperar el
protagonismo que en algún momento supo conseguir.
Tendríamos que agregar las restricciones que tienen los capitales para ingresar al país, con un encaje obligatorio del 30%.
ResponderEliminarY también, la debilidad o el poco interés de las instituciones del Sistema Bursátil Argentino. No se aprecia, por lo menos desde afuera, que esten muy activos en mejorar el mercado.
Estoy totalmente de acuerdo. Todos esos aspectos han sido, en parte, las causas de que el mercado argentino sea catalogado como uno de "frontera". Para los que no nos resignamos a que esto siga igual en el fturo debemos trabajar duro para revertir la situación.
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