domingo, 12 de enero de 2014

Las acciones de Edenor y un complicado 2014


Las acciones de Edenor (EDN) podrían volver a caer durante este año tras haber ganado un 234,90% en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA) durante 2013, debido a que se espera que sus cuentas muestren un patrimonio neto negativo en 2014 y a que no se avizora un aumento tarifario en el corto plazo.
El alza que vivieron sus papeles en los últimos meses se debió principalmente a compras especulativas, por lo que los especialistas del mercado consultados por Sala de Inversión América le auguran tiempos difíciles por delante.
Uno de los problemas de la compañía tiene que ver con las deudas en dólares que contrajo en los últimos años, ya que la devaluación constante que viene teniendo el peso argentino impactará negativamente sobre su balance.
“Si no hay aumentos en sus ingresos por ventas, esperamos que las pérdidas operativas sigan aumentando. Por otro lado, en 2014 volverá a impactar negativamente el aumento salarial de las paritarias aún en negociación, el aumento de costos y las multas y sanciones recientemente conocidas. Todo ello volverá a erosionar el patrimonio neto de la empresa, al punto de volver a ser negativo como sucedió en 2013”, explica Guido Bizzozero, analista de Allaria Ledesma.
Diego Martínez Burzaco, economista jefe de Inversor Global, coincide y agrega un dato que resulta escalofriante para los accionistas de la firma. “Es una empresa casi quebrada desde lo financiero”, afirma.
“La perspectiva negativa refleja nuestra expectativa que los márgenes y flujos de fondos de Edenor continuarán deteriorándose, dada la sostenida presión de los costos y la falta de un mecanismo viable para recuperar este incremento de costos. Si los márgenes y la generación de efectivo continúan su tendencia a la baja y las presiones de costos adicionales no son atendidas mediante un aumento o un ajuste de sus tarifas, las calificaciones podrían, muy probablemente, experimentar una baja adicional”, afirma un informe de Moody’s publicado el 20 de diciembre de 2013.
La agencia le bajó la calificación a la distribuidora de energía debido el pobre desempeño operativo que mostró durante el primer semestre del año pasado, su insuficiente generación de efectivo y su liquidez extremadamente débil.
El congelamiento de tarifas para el sector público en general por parte del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner hace más de diez años ha ahogado a las compañías a nivel financiero, pero durante 2013, las expectativas de algún cambio al respecto impulsaron fuertemente al alza a los papeles del sector energético argentino.
Sin embargo, los especialistas se muestran pesimistas ya que no esperan incrementos tarifarios en el corto plazo y, por eso, sus acciones no replicarían la performance que tuvieron en los últimos doce meses en la BCBA.
“El año pasado, la compra de acciones de Edenor tuvo un componente especulativo y de oportunidad muy grande por su posición técnica, tratando de anticipar el momento en que las energéticas puedan volver a facturar algo más - explica Federico Fiscella, administrador de carteras en Rosental -. La relación entre el gobierno y el sector ha sido siempre hostil en cuanto al manejo de las tarifas, lo que sucede es que el mercado observó que el gobierno estaba entrampado con el tema, perdiendo su bien más preciado, las reservas, por la importación de energía que demanda la economía. Ese fue el fundamento de los inversores: anticiparse al momento en que el gobierno se vea forzado a encarar un plan para el sector”.
Según el especialista, “el gigantesco atraso que aún tiene la cotización en función del congelamiento de tarifas, hace que cualquier rumor sobre un avance político sobre el tema tarifario haga disparar los precios”.
Martínez Buzaco coincide y agrega que “se trata de inversores que buscan especular con una mejora en la situación financiera de la empresa a partir de un aumento de las tarifas. No se trata de inversores de largo plazo”.
Por su parte, María Belén Matar, operadora de Bell Sociedad de Bolsa, afirma que “muchos ingresaron a Edenor con la idea de que el Estado tome las riendas y suponiendo que iba a replicar el movimiento de YPF (YPF), un papel que subió con fuerza en 2013. En realidad, es bastante lógico pensar que si año a año aumentan los consumos en energía, el papel debería subir”.
En tanto, Martínez Burzaco resalta que el alza que tuvo la compañía “responde a expectativas de incrementos tarifarios, pero esa idea perdió un poco de momentum tras la crisis energética de fin de diciembre. En principio, tiene que haber una recomposición tarifaria importante para cambiar las expectativas. En el corto plazo, no se va a dar”.
Esta problemática ha llevado a las empresas del sector y, especialmente a Edenor, a congelar sus inversiones y a verse imposibilitadas para tomar créditos. Las consecuencias directas de esta situación se vieron en diciembre cuando, ante los picos de demanda de electricidad, se produjeron cortes de luz en la ciudad de Buenos Aires y alrededores, lo que, a la vez, generó un descontento social contra la firma.
“En relación a las empresas distribuidoras, no veo una mejora durante la gestión política actual”, resalta Fiscella y una fuente del mercado afirma que hablar de Edenor es como escribir ciencia ficción: puede suceder cualquier cosa; la decisión la tiene el Gobierno”.
No obstante, más a largo plazo y desde una perspectiva técnica, el analista Julián Yosovitch de Ruarte’s Report es optimista: sus acciones “han avanzado de manera tendencial entre los mínimos de diciembre de 2012 de 1,65 dólares hasta los máximos de 9,60, generando subidas en 5 movimientos. Por ende, el recorte actual deberá ser entendido como contra-tendencial y finalizará en los mínimos mencionados, a la espera de que la tendencia alcista quede retomada rumbo a nuevos máximos, generando ascensos aún más dinámicos que los vistos hasta ahora”.

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